No diga Diego, diga Diegol

No diga Diego, diga Diegol

Diego Milito es el goleador sobrio, un goleador casi silencioso, de los que hacen su trabajo sin alardes. Un '9' sin mirada ni ademanes de asesino, pero de una eficacia superlativa. El 'Príncipe discreto' abrió y cerró la cuenta en Anoeta, manda en el Pichichi español con cinco goles y ya suma 26 en sus 50 partidos oficiales con el Zaragoza. Números grandes, indiscutibles. Y un promedio espléndido, de consumado artillero. Hay que ir hasta Esnáider para encontrar una producción semejante en el equipo aragonés. Y por en medio han desfilado Morientes, Milosevic y Villa. Diego Milito fue un gran fichaje y se encarga de recordarlo cada domingo. La mejor noticia es que Agapito lo va a comprar en propiedad. Pronto, muy pronto. En diciembre.

Victorias como la de ayer en Anoeta son las que necesita Agapito para mantener su atrevimiento empresarial. No fue un partido redondo, de los que le dejan a uno embelesado, pero el Zaragoza se manejó con una autoridad insultante. Quizá abusó del tiqui-taca y debió mirar más a la portería contraria, pero cómo ponerse ácidos después de un 1-3 fuera de casa, cuando el equipo es el segundo máximo goleador de todo el campeonato y ha vuelto a saltar entre los mejores de la clasificación.