Hasta hace poco la cantera inglesa, por órdenes de la federación, estaba llena de maestros de escuela que hacían las veces de entrenadores. Los ex futbolistas o abrían bares o se dedicaban a opinar en los medios. De las academias salían chicos majísimos que nunca engañaban al árbitro ni protestaban, que nunca se tiraban a la piscina, pero que competían mal. La cantera era una escuela de la vida.

A mediados de los 90, Howard Wilkinson cambió la estrategia de la federación. Se empezó a tomar la cantera en serio y empezaron a ficharse jugadores venidos de fuera para subir el listón. Pese a que Sky Sports convirtió a la Premiership en la liga más rica del planeta, equipos como el Arsenal, el United, el Liverpool y ahora el Chelsea entendieron que un modo de ahorrar consiste en pescar a jóvenes en ligas foráneas, principalmente la africana, la francesa y, cada vez más, la española.

Sergio, Miki y Fran destacan en sus clubes y eso no está pasando inadvertido. El primero ha jugado todos menos uno de los partidos de los Sub-18 y marcó un golazo contra el Southampton. El segundo no fue fichado para ser el nuevo Carragher sino para reforzar el invento de Rafa Benítez y Paco Herrera: un equipo reserva con jugadores prometedores pero mayores para la academia. Y del tercero, corrían vídeos espectaculares por internet antes de llegar al Arsenal y nadie duda de que en dos años llegará a la Premier. Esa mezcla de talento, profesionalidad, cosmopolitismo y fair-play hará crecer a Inglaterra. Y a los nuestros, claro.