Las crisis deportiva y de club

Las crisis deportiva y de club

Javier Irureta vive un momento inédito como entrenador. No encuentra el camino para enderezar el rumbo de un Betis que se encontró a la deriva y eso le tiene profundamente abatido. Demasiadas piedras se ha encontrado en su camino, a las que él le ha añadido algunas con sus decisiones. Señalarlo como único culpable de lo que ocurre en Heliópolis se antoja ventajista. Que se ha equivocado, seguro. Por algo sólo se han sumado cuatro puntos y el equipo muestra un retroceso en su juego.

Pero en la calle Jabugo el análisis deber ser más profundo, pues quizás los mimbres que se le han ofrecido tampoco dan para mucho más. Ahora es el momento de la reflexión, de encontrar a un grupo de jugadores que sea capaz de tirar del carro. La crisis deportiva le corresponde solucionarla. La otra, la institucional es responsabilidad del Consejo de Administración. Y José Manuel Villarán, que rectificó pronto, debe pensar en otras cosas. El beticismo se lo merece.