Brasileiro, brasileiro, que amargado se te ve... Maradona es el más grande, ¡es más grande que Pelé! Este es uno de los estribillos preferidos de las Barras Bravas en los clásicos Brasil-Argentina. Hace muchos años que los tifosi napolitanos lo importaron para provocar a los de la Juventus. Cambiaban el brasileiro, brasileiro por el más directo bianconero, bianconero. Hoy volverán a cantarlo en San Paolo para invocar el espíritu de Maradona, el único mortal que aparece en los murales que adornan las calles de Nápoles junto a la Madonna (la Virgen) y a San Gennaro, patrón de la ciudad.

El Nápoles recupera el aliento. Y recuerdan a Diego Armando Maradona porque él les hizo felices. Los napolitanos, que incluso hicieron una colecta pública para pagarle al Barcelona el traspaso del Pelusa, invirtieron bien su dinero. Maradona llegó al Napoli el mismo año que el equipo se salvó del descenso por un sólo punto. En su primer partido comprobó cómo trataba Italia a los sureños. Lavatevi (Lavaros) rezaba una gran pancarta de recibimiento al Nápoles en Verona en septiembre de 1984. En 1987 el Nápoles ganó el primer Scudetto de su historia. Con El Pelusa.