La primera vez que el Madrid trató de fichar a Kaká no fue este verano, sino hace ahora algunos años. Miguel Ángel Portugal, entonces técnico de la Casa Blanca y hoy entrenador del Racing de Santander, hizo un viaje de trabajo a Brasil para fichar un centrocampista rompedor, y se topó con un chaval de los juveniles del Sao Paulo que volvía locos a los grandes en los partidillos de entrenamiento de la ciudad deportiva de Barra Funda. Ese chaval era Ricardo Izecson Dos Santos, Kaká. Portugal informó en Madrid del hallazgo, pero al presidente de guardia le pareció que un jugador con ese nombre, Kaká, no era apto para el marketing.

Portugal no se desanimó, y como es consciente de que él sabe de fútbol mucho más que ese ex presidente y que todos los demás juntos, insistió con el muchacho. Le invitó a una coca-cola, le contó las maravillas del Madrid, le puso un pin del Real en el corazón y le dijo: "Esto no es un regalo, sino un préstamo. Estoy seguro de que un día jugarás de blanco en el Bernabéu, cuando llegue ese momento me gustaría que me devolvieras mi pin". Desgraciadamente para el Madrid ese reencuentro aún no se ha producido. Portugal visitará este sábado el Bernabéu, pero como rival porque aquí le cortaron las alas. Kaká también puede venir, pero para reventar la Champions. Conclusión: el no apto era el presidente.