El inventor del ¡qué pasa, nen!

Forjado, criado y formado en las calles de Santa Coloma, Raúl Tamudo se ha hecho un hueco en la centenaria historia del Espanyol a base de hacer lo que mejor se le da: anotar goles. 103 lleva hasta el momento y sólo le restan ya ocho para alcanzar a Rafa Marañón, el navarro que llegó del Real Madrid y creyó haber logrado una cifra insuperable. Tamudo los ha hecho de todas las maneras y formas posibles y la mayoría de ellos sirvieron para salvar al equipo barcelonés del descenso (ante Hércules y Murcia) o para darle dos títulos de Copa. Amante de los videojuegos, el internacional español ha cambiado sus hobbies: ahora quiere darle a la pelotita de golf. Dice su inseparable Luis García que con ese deporte no se hubiera ganado la vida, pero afortunadamente para él y para la bella Vanesa, las pelotas a las que él se dedica son más grandes.

Reservado fuera de los campos de juego, Raúl se transforma cuando los pisa. Y para muestra un botón: el primer día que Paco Flores le llamó siendo juvenil para ejercitarse con el filial perico, Tamudo erró un control y el ahora técnico del Nástic le castigó colocándole dentro del rondo. "¡Qué pasa, nen!", se atrevió a gritarle. Flores paró el ejercicio y puso a correr a todos sus futbolistas. Tamudo se ganó la bronca de sus compañeros, pero ahí comenzó a forjar una carrera en la que lo ha logrado todo con un Espanyol que debería hacerle una estatua a la entrada del futuro estadio de Cornellà-El Prat.