Hay que reescribir la historia

Hay que reescribir la historia

Uno sospecha que el cambio radical de discurso de Calderón respecto a Beckham no es más que una estrategia para ahorrarse algunos millones del finiquito. O puede que haya empezado la carrera electoral. El caso es que el club está dañando la imagen señorial trabajada durante un siglo. Va a perder el pulso con el jugador más reconocido del planeta porque el mundo entero cree que Beckham es un caballero, que siempre se ha entrenado con profesionalidad y que no merece el esfuerzo que se está haciendo para humillarle. Cuando se oyen las acusaciones de Capello o las de Calderón (el presidente del Madrid sabe que no son ciertas: David no ha comprado una casa en LA, ni había firmado un contrato hacía dos meses y el Milán le quería), la conclusión que saca la audiencia es que el club se comporta como un amante despechado.

Beckham estuvo negociando con el Milán hasta el último momento porque podía. Los detalles de su contrato con LA Galaxy se empezaron a poner en papel hace meses pero todo se podía haber ido al garete si el jugador hubiera preferido Italia. Hace dos domingos habló con todos los que confía y decidió irse a la MLS. Esos son los hechos, y el resto es política y estrategia. Me da que a Calderón no le gustó el modo en que Capello anunció lo de Beckham: el futbolista se enteró por la televisión al llegar a casa tras el entrenamiento. Pero ahora el presidente entiende que hay que reescribir la historia.