La carrera de los 21 litros

La carrera de los 21 litros

Sorpresa en el GP de Qatar. A lo largo de la pretemporada se han hecho correr ríos de tinta escribiendo sobre el tipo de pilotaje que exigían las nuevas MotoGP 800 y sobre cómo la limitación del número de neumáticos iba a influir en los resultados de las carreras. Pues no, ni una cosa ni otra. Al final ninguno de estos dos factores fueron determinantes y sí la tercera novedad técnica de este año, a la que nadie había dado demasiada importancia: el consumo. Y es que donde nos habían dicho que no había problemas, a la hora de la verdad si los hubo, y como siempre, al final la mentira y los mentirosos quedaron en evidencia. ¿O es que alguien se cree que las Yamaha de verdad corren tan escandalosamente poco como se vio en el circuito de Losail?

Sin restarle un ápice al pilotaje que Stoner desplegó el pasado sábado, creo que la victoria hay que apuntársela en esta ocasión mucho más a Ducati que al piloto. Y digo Ducati y no moto, porque quien ganó en Qatar fue la filosofía de la marca italiana, la determinación con la que luchan contra las cuatro mega fábricas japonesas. Creo que ya he dado el dato en otra ocasión, pero es momento de repetirlo. Mientras Honda, por ejemplo, fábrica trece millones de motos al año, Ducati a duras penas sobrepasa las cuarenta mil. Sólo como recordatorio: una Ducati pilotada por Bayliss ganó la última prueba de la era MotoGP 990 y ha sido otro aussie, Stoner, también con Ducati, el que ha estrenado el podio de la nueva categoría. La fábrica Borgo Panigale puede estar orgullosa.