No es hora de ajustar cuentas

No es hora de ajustar cuentas

Fran Yeste trata de superar en silencio su momento más doloroso como rojiblanco. En todos los sentidos, en el físico y anímico. El gran público le ha situado en la diana y es, a día de hoy, el blanco preferido de las críticas en San Mamés. La razón más comprensible es la de quienes protestan que un jugador de su calidad debe ofrecer un rendimiento y acierto superior sobre el césped. Mudo por autoimposición ante la Prensa, ahora traga saliva para no reclamar comprensión por unos dolores de pubis que ni las repetidas infiltraciones consiguen aliviar. También se pierde la posibilidad de reconocer que esta no es su temporada, algo que siempre gusta oír al sufrido aficionado.

Me dicen que en el club están muy contentos con el compromiso del futbolista en esta crisis. Que está sacando la rabia, apretando los dientes, para sacar al equipo del pozo. Es momento de olvidarse de sus mejorables comportamientos sin la pelota y apoyarle como al que más. La Catedral debe tener claro que de lo que salga de sus botas depende un final feliz a este martirio. No es hora de ajustar cuentas.