Esta Liga se decide en la 'Zona Cesarini'

Esta Liga se decide en la 'Zona Cesarini'

Renato Cesarini fue un jugador argentino singular, de esos que sólo se dan (se daban) allí. Genial, bohemio, sabio, intuitivo... Triunfó en River y luego en la Juventus. Hace mucho tiempo de eso. Su nombre queda en la memoria de los clásicos, en el de un equipo de veteranos que aún le homenajea, y en la expresión, de uso en Italia, de 'Zona Cesarini' para significar los últimos momentos del partido. Esos minutos que circundan el noventa, mitad partido, mitad descuento. En esos trances finales marcaba goles Cesarini con frecuencia. Goles decisivos, inesperados. Los más recordables.

Así fue el gol de Messi al Madrid aquel día del 3-3. Así fue el del tiro libre de Chevantón en el Bernabéu, que modifica la posición de Madrid y Sevilla ante un eventual empate final a puntos. Así marcaron Higuaín al Espanyol y Roberto Carlos al Recreativo, goles sin cualquiera de los cuales el Madrid no sería hoy el líder, sino el tercero. Goles todos ellos muy de última hora, llegados cuando unos ya festejan, cuando otros ya se resignan, algunos ya se han levantado y las crónicas ya están iniciadas. Goles que cambian reflexiones y conclusiones. Que transforman la pena en euforia y viceversa.

Entran más goles en las segundas mitades que en las primeras. Entran más goles en el último cuarto de hora que en las otras cinco sextas partes del encuentro. Y entran muchos goles en la Zona Cesarini, que merece su propia definición, como bien saben los italianos. Cuando todos están cansados, cuando las atenciones se relajan con la inminencia de la ducha, cuando los menos tenaces creen que ya todo está hecho, surgen los 'cesarinis', los que saben que hasta el rabo todo es toro y cambian la película de un golpe. Hoy lo vemos más claro que nunca. Esta Liga se está decidiendo en la Zona Cesarini.