Valentía es la apuesta de Aguirre

El principal objetivo de Aguirre tiene que ser comprender la grandeza de esta entidad. El año pasado fue muy defensivo y quedar fuera de la UEFA ha sido su penitencia. Con los refuerzos que tiene esta campaña debe salir a ganar, aunque le falte el referente de Fernando Torres. Luego debe recuperar al Agüero que estamos viendo en el Mundial juvenil y conseguir que tanto Pablo como Perea vuelvan a ser el muro que hace dos temporadas asombró al personal.

Me parece perfecto su discurso en los medios que enamora casi siempre, pero debe tener más mano izquierda. La teoría de que el dibujo es innegociable y que en España son necesarios los dos tapones en el centro del campo, no ha gustado nada por el Manzanares. No es agradable salir presionado con la obligación de superar la Intertoto y la primera ronda de la UEFA, ya que en caso contrario puede peligrar su cabeza. Aguirre debe saber que es una apuesta personal de Miguel Ángel Gil que ha impuesto su teoría de la paciencia y la continuidad y se ha olvidado del gallinero habitual que es el banquillo colchonero, pese a que los aficionados pedían una cara nueva más atacante.

La ausencia del Niño va a ser una rémora pesada para este equipo, ya que su fantasma puede ser mortal de necesidad si al principio no llegan los buenos resultados y tampoco el buen fútbol. El Calderón no está dispuesto a estar tranquilo. Quiere disfrutar con la pelea por los títulos y se ha cansado de los tostones que está padeciendo desde que se ascendió de Segunda. Si al final llega Quaresma se habrán impuesto las tesis del entrenador que prefiere las bandas por encima de los cerebros exquisitos de los enganches. La opción de Riquelme es del agrado de los rojiblancos, que le ven como el salto de calidad para estar entre los grande. Aguirre va a tener la última palabra, pero debe ser que la misma claridad que emplea ante la prensa la debe tener a la hora de controlar a su vestuario.