Aguirre lo tiene que tener claro. Este año la principal virtud de su equipo es su poder ofensivo. Se han fichado jugadores que representan 65 goles. Una cifra nada despreciable y que si pueden repetir el baremo de su última campaña deberían colocar al Atlético en la pelea por el título. El técnico debe olvidarse de tácticas defensivas, de salir pensando en guardar su portería a cero y dar un giro de 180 grados. Si nos meten dos goles nosotros somos capaces de hacer cuatro.

Este es el mensaje que debe inculcar a su plantilla. Cualquier otra filosofía sería un disparate y desde luego volvería a tener a la afición colchonera de uñas. Ya que simplemente el equipo se movería a ramalazos de las posibles genialidaes de sus delanteros. Forlán Luis García, Reyes, Simao y el relanzado Agüero, más las buenas formas de Braulio permiten alimentar la esperanza en cosas grandes para este equipo. Sigo defendiendo que si ya se hicieran con Riquelme, el salto de calidad sería definitivo. Tanto Cerezo, como Gil Marín deberían convencer a su entrenador de que el argentino es la joya de la corona que le falta al proyecto.