Verdades sobre ruedas

Verdades sobre ruedas

Un veterano aforismo dice que existe la verdad, y luego la verdad estadística. Dos realidades a menudo paralelas. Vayamos con los datos de la verdad estadística: este verano ha sido negativo en accidentes de motocicletas ya que han aumentado un 53% respecto al mismo periodo de tiempo el año pasado. 101 accidentes que han provocado que por primera vez en 17 meses, según el ministro Rubalcaba, se haya incrementado el número de muertos. Uno de cada cinco fallecidos este verano en accidentes de tráfico era motorista. Pero busquemos la Verdad a secas y con mayúsculas, un esfuerzo que debe analizar las causas y los posibles remedios a esta tragedia a la que parecemos inmunizados. En la DGT se inclinan a seguir la línea de menor resistencia que consiste en una caza de brujas (no en vano motoristas y hechiceras van montados en artefactos autopropulsados) que hace recaer la culpa en los motoristas. El cóctel formado por una moto de gran cilindrada y un piloto poco ducho debe estar en el origen de algunos accidentes. Algo fácil de prever cuando se quiso popularizar su uso convalidando el carné de coche para el uso de ciertas motocicletas.

Tras la criminalización de los moteros parece esconderse, como señala el director de Seguridad Vial del RACE, Tomás Santacecilia, un intento de sustraerse a las propias responsabilidades del Gobierno y las comunidades autónomas en el estado de nuestras carreteras y la falta de medidas que protejan a los motoristas. Hemos clamado, a lo que se ve en el desierto, por la dejación de las autoridades en la eliminación de los quitamiedos asesinos que flanquean las carreteras.

Esta primavera en el Xinjiang chino comprobé que todas las nuevas carreteras tienen los nuevos quitamiedos. ¿Nos permitimos tildarles de país tercermundista? Cualquier motero, como yo, puede comprobar cómo se siembra el asfalto de las ciudades con minas en forma de pintura deslizante, modelos de tapas de alcantarilla a cual más peligroso, manchas de aceite, arena y combustible que no se limpian, por poner unos pocos ejemplos.

Sorprende la falta de crítica de los gobiernos y las instituciones públicas que deberían estar al servicio del ciudadano y trabajar por el bien común. Desde esta columna hemos criticado: la tardanza en la aplicación del casco a los ciclomotores, la convalidación del permiso de coche para llevar ciclomotores, los quitamiedos, la falta de adecuación de un tráfico pensado exclusivamente para el vehículo de cuatro ruedas. Y ahora, ¿se queja el ministro y el director general de Tráfico de los moteros y se amenaza con la cárcel a los que cometan exceso de velocidad? ¿Pueden decir eso y no enrojecer? Ya que no hacen campaña ellos, aprovecharemos este rincón para hacerla con ustedes, los que llevan coche: extremen las precauciones y piensen en que hay motos en la calzada. Unos segundos de atención pueden ser la diferencia entre la vida y la muerte para un motorista.

Sebastián Álvaro es directo de Al Filo de lo Imposible.