Ferguson, Wenger, Schuster

Ferguson, Wenger, Schuster

A Schuster le gustaría ser el Ferguson del Madrid. O el Wenger. Con sólo eso demuestra que sabe de fútbol. Bueno, de eso sabía el primer día que se puso el chándal del Xerez. Ferguson y Wenger. Estabilidad. Tiempo. Sello firme en el equipo y alrededores. Criterio. No hay club en el mundo mejor que el Madrid para apostar por un entrenador y caminar con él en la salud y en la enfermedad, en la pobreza y en la riqueza, y todo eso. Urgencias las tenemos todos, pero el Madrid bastante menos que el resto. Treinta Ligas y nueve Copas de Europa: sólo con eso vale para ser abanderado también en estrategia deportiva. Urgencias en serio las tienen los demás. Ferguson y Wenger. El primero cedió un par de años ante el talonario de Abramovich, pero volvió a levantar al Manchester, como hizo cada vez que se vio superado porque equipos infalibles ya no se fabrican. Volvió a ganar la Liga y su rival acaba de despedir a Mourinho. El sigue. Hasta que se canse.

Wenger. Su Arsenal es hoy el equipo que mejor juega en el mundo. Y sin Henry. E invirtiendo la mayor parte de su último dinero en levantar su nuevo estadio. Es el líder en Inglaterra, da gusto verle hace rato. Imposible intentar eso cambiando de entrenador cada dos por tres. Tuvo la Champions en la mano jugando con diez mucho más de media final con el Barça. Con once quizá habría ganado. Schuster quiere ser como ellos y el club debería comprarle la idea. Sí: Bernd ha nacido para entrenar al Madrid. ¡Larga vida, alemán!