Luis está dejando escapar una ocasión

Y la de Villa en esta semana, más. Porque su baja (que va a ser felizmente breve, pero cubrirá de lleno esta convocatoria) ha colocado en evidencia a Luis con lo que respecta a Raúl. He escrito aquí varias veces que entendía bien su ausencia de la Selección. A Raúl no le gusta nada ser suplente y en el Mundial bien que sufrió eso Luis. Siendo Villa-Torres la pareja natural de ataque en este momento de la Selección, Raúl podría tener cabida entre los veinte, pero los precedentes no lo hacen recomendable. Sin embargo, faltando Villa, esa plaza debería ser razonablemente para Raúl. Pero...

Pero Luis llama a Tamudo. Hombre de mérito, sin duda, y que cotiza en goles. Pero Tamudo, como Morientes, es un nueve para jugar dentro. Villa y Raúl son lo que los argentinos llaman un 'nueve y medio'. Ni nueve ni diez, sino un segundo delantero, que se apoya en un nueve puro (Torres), aparece por detrás y marca o mete el pase. Si hubiera faltado Torres, hubiera entendido biern que Luis llamara a Tamudo. O a Morientes. Si el que falta es Villa, el siguiente de la fila es Raúl, que además está indudablemente bien. Vuelve a liderar a un Madrid líder, marca sus goles y se los fabrica a Van Nistelrooy.

Pero las heridas del Mundial son profundas. Luis, que le ha sabido perdonar a Joaquín aquello del despelote (que no fue poco disparate) no se rinde con Raúl. Aquí abajo les cuenta Damián González la historia secreta de aquellas semanas en Alemania, en las que se envileció la relación entre dos hombres de fútbol. La vida nos coloca en ocasiones en situación de chocar. Pero hay que aprovechar las oportunidades que surgen después, igual de casualmente, para cerrar los conflictos. Me temo que Luis ha dejado pasar una oportunidad. Porque Raúl merece ahora mismo el puesto libre de Villa.