Aún escuece la derrota frente al Barça. Ese tres a cero nos ha bajado de la nube. Los azulgranas, uno de los mejores equipos del mundo, nos han demostrado que nuestra Liga es otra. La de optar, como mucho, a jugar la Champions. Ganar el campeonato no está a nuestro alcance. Lo hemos repetido hasta la saciedad. Ante el Barça volvió a evidenciarse que nuestra defensa adolece de la seguridad necesaria. Insisto en que los Pablo, Perea o Zé Castro no están a la altura de las exigencias de un equipo que no puede marchitar atrás la excelencias de un ataque de auténtico lujo. Y lo que es más grave. A pesar del buen rendimiento de Raúl Garcia o Maniche, hacen falta jugadores en el medio que colaboren en defensa y saquen el balón jugado.

Mirarse en el Barça para cubrir esas carencias es una buena referencia. Con los Márquez, Edmilson y el ya fichado Motta, seguro, que otro gallo nos cantaría. Al equipo creo que le falta consistencia atrás y más talento en la zona de creación futbolística. Lo hemos comprobado en cuanto nos hemos enfrentado a rivales de entidad. Cuando son ellos los que controlan la pelota, somos incapaces de generar juego y sacar partido a una de las mejores delanteras del campeonato. Ganaremos muchos partidos, seguro, porque arriba creamos peligro, pero insisto en que el equipo no está todavía completo. Tiene carencias indudables, que nos impiden tener ese plus de calidad para poder codearnos con los auténticamente grandes.