La noche del 10 de octubre pasará por ser una de las peores en la dilatada carrera profesional de Mariano García Remón. Instantes después de caer eliminados en la Copa del Rey, se quedó atónito ante la primera pregunta de los periodistas: "¿Está usted destituido?" Mariano no daba crédito a lo que escuchaba. No podía creer que su presidente, el que presentó su dimisión tres días antes dejando en la estacada a los que encandiló con su proyecto, don Arturo Baldasano, tomara esta decisión y se conociera en el plató de una televisión local durante el partido.

Podrá gustar más o menos su forma de trabajar, se discutirá sobre la alineación de tal o cual jugador o si la ubicación es de estos es la más idónea. Pero seguro que no habrá discusión por su calidad personal. Desde su llegada a Cádiz ha atendido de forma correcta y profesional a todos los que nos dedicamos a las tareas informativas del Cádiz. En definitiva, un hombre que mira a los ojos. Las disculpas de Baldasano al día siguiente sólo indican que las apariencias de algunas personas enfundadas en trajes caros no disimulan su vileza. Mariano García Remón, usted sí es Don Mariano.