Su límite está aún por descubrirse

Su límite está aún por descubrirse

Recuerdo que Marcos Alonso veía en Aritz Aduriz a un futurible internacional absoluto. No se puede valorar aún si la capacidad futbolística del guipuzcoano llega a esa altura. Villa, Torres, Tamudo y compañía parecen en otra dimensión y el Athletic no le ha acompañado en su crecimiento. No será, desde luego, por falta de condiciones, aunque uno de los debes del delantero es el control de su potencial físico. Cuando Aduriz quiere erigirse en líder, por encima de sus atribuciones futbolísticas, pincha. Cuando está al servicio de sus compañeros y deja de lado a árbitro y rival, sobresale.

El ex blanquivioleta enamora por su pujanza. No se entiende de otra manera que a un jugador le funden una peña por su rendimiento en Segunda. Y menos una afición acostumbrada a Primera. Es uno de los jugadores de la Liga que mejor juega de espaldas a portería, no digamos su control de balón con el pecho... Le falta claridad en los últimos metros, esa serenidad que pasea muy de tarde en tarde en el área y que, de repente, manda a paseo. Aunque es entendible que ser delantero del Athletic pueda poner hoy en día a cualquiera de los nervios. Para dar un salto de calidad hay que mostrar otras armas. Debe hacer 15 goles.