La locura en el duelo de la rotación

La locura en el duelo de la rotación

No hay que darle demasiadas vueltas para resumir lo que vimos ayer: un partido malo por parte de los dos equipos y que acabó con un resultado que hizo justicia a los méritos de ambos. Así es cuando mejor tragamos el mal fútbol Cuando nadie se marcha a casa jurando lo que no está escrito, con la estupenda capacidad para olvidar pronto lo que ha digerido, mirar en la clasificación de la Liga que las rachas siguen intocables y, sobre todo, que en unos días volverán a resarcirse.

Volviendo al partido, sostengo que la primera parte fue una calamidad: la perdía uno, la recuperaba el otro que enseguida se la regalaba al otro. Un caos, una locura perfecta para que Munitis volviera a liarla. Y tuvimos que esperar poco para que un penalti lo cambiara todo. Valverde tuvo que reaccionar sacando a los de siempre desde el banquillo. Ya me pareció a mí demasiada rotación como para que le saliera bien. Si el Espanyol tuviera partido el próximo miércoles, pues me callo, pero como no vuelven a jugar hasta el domingo Valverde corrió demasiados riesgos y acabó viendo cómo Luis García y Tamudo se fabricaban dos jugadas de penalti clarísimas. El árbitro sólo pitó una.