Al derbi en el mejor momento

Al derbi en el mejor momento

Cuarenta y cinco minutos de plenitud y cuarenta y cinco de siesta le valieron al Espanyol para llevarse los tres puntos del Reyno de Navarro. Cuando todo el mundo creía que el equipo pagaría la cercanía del derbi -estamos, inconscientemente, pensando en ello desde antes incluso del parón liguero- los de Valverde irrumpieron en el campo con una primera parte casi sublime, si tenemos en cuenta las posibilidades de la plantilla. Seguridad atrás, fluida salida de balón, presión efectiva y claridad ofensiva. Este es el resumen de las virtudes de un conjunto que, cada día, transmite más seguridad en su juego, pese a que nunca dejen de lado el sufrimiento, santo y seña de esta entidad desde el principio del principio, prácticamente.

La única mancha del equipo la encontramos en una segunda parte bastante triste, aunque rentable. El equipo se echó para atrás y dejó que Osasuna profundizara por las bandas. Sobre todo por el costado izquierdo: Vela fue el puntal que necesitaban los rojillos para crear peligro. Ziganda acertó con los cambios. Gracias a ello, su equipo se erigió como dueño del encuentro. Pero ahí se quedó el resultado, en un 1-2 que significa la novena jornada sin perder, un dato que ya es escalofriante. Se pasó la prueba del Reyno y llega el derbi con un aliciente morboso: si el Espanyol gana supera al Barça. Los pericos llegan en el mejor momento, tanto de juego como de confianza, pero no hay que fiarse del Barça. No juegan bien, pero no nos olvidemos de quienes son.