Zavalita en el fútbol

Zavalita en el fútbol

La primera vez que fui al fútbol con Mario Vargas Llosa -el autor de Conversación en la Catedral, donde el joven Zavalita, un trasunto del autor peruano, tenía que responder a la famosa pregunta, "¿En qué momento se jodió el Perú?"- fue por culpa de AS, que ahora lo entrevista. El periódico quería que yo contara cómo se comportaba Mario en la grada. Y fuimos a la grada; él no quería palco ni nada, quería la grada. En realidad, él es así en la vida, aunque la vida le coloca muchas veces en los algodones de la fama, prefiere la grada, estar con la gente, interesarse por ella. Estar en medio de los aficionados era para él la expresión de su pasión por el fútbol, que no se puede ver sin darse codazos. Aguantó ahí, a pie firme, estar al lado de alguien que siente, en el fútbol, lo contrario de lo que él disfruta o padece. Él es madridista, y aquel partido -que venció el Madrid, injustamente, por 3-2-fue un partido en el que sufrió y fue dichoso, a partes iguales. Al final, una falta mal pitada le quitó a Rivaldo un gol y la posibilidad de que nos fuéramos de allí con el Madrid cariacontecido.

Pero él vivió aquel hervidero de aficionados que aullaban contra Luis Enrique -"Luis Enrique, tu padre es Amunike"- como si hubiera ido a la ópera. Otra vez fuimos al palco, pero ya no fue lo mismo. Recuerdo que esta vez el Barça fue goleado, y él fue inmensamente feliz por el resultado, pero se aburrió: aquel clima de personas con guantes no se hizo para un aficionado como él, o para un novelista como él. A él le gusta tomar nota de las glorias y de los insultos, y allá arriba no hay sino buenas palabras y los presidentes tratan de comportarse como si estuvieran en un funeral de Estado. El otro día volvía de inaugurar la cátedra que lleva su nombre y le pregunté si se había lavado las manos, porque vendría teñido de madridismo. Se rió a carcajadas: esta broma forma parte de las bromas que a él le gusta escuchar, porque afirman su pertenencia filial al club blanco. No he entendido nunca cómo pudo hacerse del Madrid, cuando su hija Morgana, que nació en Barcelona, es azulgrana y él tiene una inteligencia diversa y divertida; es decir, muy propia del Barça. Bueno, esto último también es una broma. Si un hombre como Vargas Llosa es aficionado al Real Madrid es que algo bueno debe tener este equipo del que él ahora es catedrático.