Ronie, ¿por qué no te cuidaste?

El Día de Reyes recibí un regalo de Mamai, la hermana de mi suegra: un pack de cremas antiarrugas. No lo toqué hasta la noche del domingo. Me parecía una rendición traumática: "Me estoy haciendo mayor, luego debo usarlas". Pero tras los goles de Ruud (31 años) y Raúl (30) en el Calderón, reflexioné. Uno no es viejo por su edad, sino por la administración y el cuidado que haya hecho de su cuerpo. Los dos artilleros del ganador del Grand Slam se cuidan como si estuvieran en un invernadero. Su DNI está impoluto y no se atisba una cana en sus cabelleras. De curva de la felicidad ni hablamos...

Por eso me da más rabia ver lo que ha sucedido con mi admirado Ronaldo. Como ha sido el mejor nueve desde Di Stéfano, a mi Ronie lo que le perdió es considerar que la vida cabalga tan rápido que no hay que desperdiciar ni un segundo. Dormir ocho horas o llevar una alimentación equilibrada fueron tabús en su excitante trayectoria en el Bernabéu. Por eso irrita más ver que, pese a todo, gana por los pelos a Van Nistelrooy en el promedio goleador de sus dos primeros cursos en Chamartín. Lógico. Ronaldo ha sido el número uno. Rapado, con pelo afro, cardado Jackson Five o trenzas rastafari. Pero Ruud se cuida. Él no...