Rebelión en el vestuario

Rebelión en el vestuario

Las plantillas de lo equipos profesionales de fútbol están compuestas, en su gran mayoría, por jugadores de la propia ciudad; los menos, de diferentes regiones, de diferentes países y con diferentes mentalidades. Conducir un grupo con esos condicionantes y sobre todo cuando hay tantos intereses económicos y deportivos por medio ayudan a acrecentar las dificultades, más aún cuando son 25 jugadores los que pugnan por once puestos en el equipo titular. Es lógico que aquellos que no están siendo utilizados por el técnico se sientan molestos por la situación, en su deseo por demostrar sus cualidades deportivas. Es hasta lógico y positivo ese enfado, porque se demuestra el deseo de justificar su sueldo sobre el terreno de juego.

Queriendo o sin querer están acusando que algún compañero no lo está haciendo bien o queriendo decir que ellos lo harían mejor. Lo que no es saludable para el grupo, es que reivindiquen públicamente sus inquietudes. En las últimas semanas en el Cádiz Club de Fútbol, varios integrantes de la primera plantilla han expresado su deseo de dejar la entidad amarilla por estos motivos, tras el traspaso de Lucas Lobos, que también había barajado la posibilidad de dejar el club hace algunos meses. Armando, Vella, Pavoni, Bezares y últimamente De la Cuesta han expresado el deseo de marcharse de la entidad. Este problema debe ser atajado con contundencia por los máximos responsables: por parte de la entidad, el presidente, el equipo y el entrenador, para evitar que la rebelión pueda desmembrar la plantilla.