Era la cuarta edición del trofeo Carranza. Las tres primeras las había ganado el Sevilla y, en esta ocasión, jugaba la final contra el Madrid que acudía por vez primera al trofeo gaditano. La rivalidad era enorme. Un gol de Di Stéfano adelantó al Madrid y, casi al final de la primera parte, una durísima entrada de Campanal a Santisteban provocó que el colegiado Blanco Pérez expulsase al jugador asturiano. Marcelino se negó a abandonar el terreno de juego. Las discusión fue interminable y el colegiado se fue a los vestuarios cuando aún quedaban cuatro minutos.

El Sevilla quiso reanudar la segunda parte con Campanal sobre el campo. El árbitro no lo aceptó. La segunda postura sevillista fue sustituir a Campanal por Maraver o Pepín, es decir, actuar con once jugadores. El árbitro tampoco lo aceptó. El tiempo pasaba y el Sevilla amenazó con no jugar la segunda parte. El escándalo podía haber sido enorme y fue Bernabéu quien medió en la discusión y aceptó que el expulsado fuese sustituido. Estando don Santiago no creo que nadie del Madrid se opusiera a su decisión, ni siquiera Di Stéfano. Las leyendas urbanas tienen un origen incierto y en este caso no responde a la realidad...