Del club sólo queda la filosofía

Del club sólo queda la filosofía

Si hay aficionados al Athletic y al fútbol en general que están deseando que se convierta en uno más, quizás se froten las manos. Y es que apenas le queda de reconocible San Mamés, que desaparecerá en unos años, y su peculiar idiosincrasia, orgullo durante más de cien años. La cascada diaria de despropósitos en la que está cayendo la representación de la entidad un tiempo atrás provoca una desazón inigualable. Se puede decir que el Athletic da pena, no se sostiene. Con lo que da de sí en lo extradeportivo se podría reabrir el semanario El Caso.

Tres días después de que Macua desmintiese el expediente abierto a tres jugadores por noctámbulos, Yeste confirmó su participación en el lío entre líneas. Entonó un mea culpa en voz baja, pegando derrotes contra la Prensa sin poner nombres y autoproclamándose como "muy profesional", cuando sabe que por ahí tiene que mejorar. Etxeberria mandó un misil a la gente del club que filtra asuntos privados, pero tampoco empezó por reconocer que todo el jaleo se hubiese evitado sin la juerga. La vuelta de Del Horno es un fiasco y Zubiaurre demuestra su escasa cabeza. El club angustiado y él de fiesta.