Sigue la estela de Hernández

Sigue la estela de Hernández

Cuando un equipo recurre a la cesión de un determinado futbolista, lleva consigo el riesgo de la integración y del compromiso; ver cómo se involucra en el proyecto de la entidad. Pablo Hernández aprovechó su cesión a la entidad amarilla la pasada campaña para dar un salto de calidad, el jugar en Primera División, y de cantidad, crematisticamente hablando, donde multiplicó el salario que tenía en el filial valencianista. En esta ocasión es Natalio, jugador procedente del Almería, que estaba gozando de pocos minutos en el equipo de Unai Emery, pero mantenía intacta sus ansias de seguir creciendo como futbolista. Este tipo de jugador es necesario en cualquier equipo, porque a sus cualidades futbolísticas le añaden un plus de entrega, de ilusión y de compromiso personal al servicio del colectivo.

Natalio, en un estrecho periodo de tiempo, ha enganchado a la generosa y siempre cariñosa afición amarilla, que le ha dado un lugar de relevancia, ofreciéndole una ovación de gala cuando dejó su sitio al trianero Dani. Del placer de haber disfrutado de Pablo Hernández, se pasó al disgusto de presenciar su marcha al Getafe; con su paisano valenciano puede pasar más de lo mismo y sería gratificante ver como progresa futbolísticamente, pero también se debería tomar conciencia para que en lo sucesivo, estas cesiones puedan ser suplidas por los jóvenes jugadores de la cantera y de esta manera, además de disfrutarlo, puedan dar sustanciosas ganancias.