Hablar de Hossan Hassan en el fútbol africano es ponerse de pie. El egipcio fue uno de los pioneros en emigrar a Europa, donde jugó en Grecia y Suiza. Ha ganado todo lo que se puede ganar y aún es el africano que más partidos ha jugado con su selección. Pues bien, Hosaninho, como le llamaban los fans, se ha sacado el carnet de entrenador. El Masri egipcio le ha dado la oportunidad. Este club está situado en Port Said y ocupa la cuarta plaza de la liga egipcia. En la aventura le acompaña su hermano Ibrahim, que realiza las labores de director técnico. El Masri tiene fama de club devorador de entrenadores, ya que éste es el tercer cambio en el banquillo desde noviembre pasado. Hasta febrero Hossan era comentarista y ahora se ve en el otro lado.

Los primeros entrenamientos han sido claros en cuanto a lo que busca. Quiere imprimir carácter al equipo, su famoso temperamento que en muchos casos durante su carrera le hizo enemistarse con entrenadores y compañeros. Algunos le comparaban con el búlgaro Stoichkov. El paso de éste por el Celta de Vigo ha sido efímero. Veremos lo que hace Hossan Hassan en esta nueva experiencia. A los aficionados les ha prometido espectáculo "aunque no sólo jugaremos al ataque. Es lo que más me gusta, pero hay que aguantar atrás", según afirmó el día de su presentación. Habrá que ver. Lo que sí está garantizada es la pasión y el nervio en el banquillo de este club, que ha dado un golpe mediático en el actual país campeón de la Copa de África de Naciones.