El Barça contra el Imperio Británico

Anoche tuvimos semifinal inglesa de Champions: Liverpool-Chelsea. El partido nos convocó a todos ante la pantalla. Son los inventores, pero es que encima viven un presente espléndido que reúne el respeto a los viejos modos del 'fair play' con una fascinante puesta al día en todo lo mejor que el fútbol ha producido en otras latitudes o en otros ámbitos. Y sí, fue un partido intenso y vibrante, pero al final, hablando con Joaquín Maroto, convinimos ambos en que nos había faltado algo, nos había faltado el Arsenal. Los de anoche fueron dos equipos demasiado tácticos. Sí, nos faltó el Arsenal.

Y hoy llega la otra semifinal, medio inglesa medio catalana. El Barça se ha quedado solo frente al Imperio Británico en una guerra que parece desigual, porque aunque el Barça tiene en su plantilla talento para ganar a los tres en fila, está como está y llega como llega. Con Ronaldinho en desertor, Etoo en derrotista, Henry en enfermo y Messi en recuperación. Messi es la gran esperanza culé para esta noche, aunque hay otras. Están Iniesta y Xavi, está Bojan, si sale. Y está en la grada o donde sea Ronaldinho y ahí (¡qué pena me da escribir esto!) estorba menos que en el campo. Y está la necesidad.

Esa necesidad puede agrupar al Barça de esta noche, más joven e igualitario que el que tendría con las supuestas estrellas. Uno, dos, tres esfuerzos. Y la Champions. Algo así como lo que ha hecho el Valencia en la Copa, aunque más difícil, para qué engañarnos. Enfrente va a tener al Manchester United, líder de esa liga superior en que se nos ha convertido la Premier, un fenomenal equipo con una delantera de fábula, en la que luce por encima de todos Cristiano Ronaldo, para mí el mejor jugador del momento, varios codos por encima del siguiente. Es difícil, sí. Pero es posible. Y el Barça lo necesita mucho.