En el fútbol también hay errores

En el fútbol también hay errores

Cada jornada tiene a equipos que se sienten perjudicados por las decisiones arbitrales. Tanto directivos, entrenadores como los propios futbolistas son los encargados de manifestarse contra el colegiado de turno. La memoria suele ser escasa cuando ocurre lo contrario, cuando el propio equipo es beneficiado en alguna jugada puntual y la justificación viene dada por frases habituales: algunas veces te dan y en otras te quitan, los errores son humanos o el jugador ha simulado muy bien. En muchas ocasiones estos errores sirven también para enmascarar el mal juego realizado y se busca en el árbitro la excusa perfecta para justificarse.

El problema radica en las diferentes formas de aplicar el reglamento por parte de los árbitros. Algunos castigan la entrada por detrás como una simple falta, otros con tarjeta amarilla y los que llevan el reglamento debajo del brazo, incluso expulsan al jugador en cuestión, dejando en evidencia al colectivo en cuanto a la unificación de criterios. Después de cada reunión y cuando sale alguna circular, en los primeros partidos son llevadas a rajatabla las nuevas consignas y a medida que van pasando las jornadas, se va diluyendo la rigurosidad y se es más permisible. La única queja que se me antoja lógica, es la de aquellos que denuncian que los árbitros caseros te tocan cuando juegas de visitante y los catalogados de valientes o enteros, cuando disputas los partidos en tu propio estadio. Una diferencia bastante sustancial, en un deporte donde el error forma parte del mismo.