Ojo con los dulces envenenados

Ojo con los dulces envenenados

Ayer me crucé junto a la Mezquita de Córdoba con un fiel seguidor a la causa blanca que me hizo una reflexión interesante: "Tomás, Cristiano Ronaldo es muy bueno, pero gastarse semejante dineral en él me parece un error. Si con esos 90 millones ficháramos a Huntelaar, Diego, Quaresma y Hleb, nuestro Madrid sería imparable los próximos años". A éste amante del buen fútbol, del salmorejo y del salto de la rana que hacía El Cordobés, no le falta razón. Cristiano es un dulce... que puede ser envenenado. El equilibrio ecológico que tiene el actual vestuario del Madrid explica la razón por la que se han ganado dos Ligas consecutivas a pesar de no tener en el escaparate los cracks más cotizados del mercado.

Hace dos años pocos conocían a Gago, Higuaín, Sneijder, Pepe y Marcelo. Futbolistas cuyo talento estaba por explotar y que en el Bernabéu han dejado claro que salieron baratos por la buena vista de Mijatovic y su equipo de trabajo. A este bielorruso llamado Hleb le conocen solamente los 'maldinis' de turno, pero yo no olvido que hace dos años en el viejo Highbury nos dio un baño hasta echarnos de Europa. Por eso valoro que este es el tipo de futbolistas que ahora en este Madrid de Schuster encajan como un guante...