Culés 'emprenyats' contra Jan Laporta

Oriol Giralt, el abogado barcelonés que anda recaudando firmas para un voto de censura a Laporta, está seguro de haber reunido ya las 5.882 necesarias. El número, que parece caprichoso, es el 15 % del censo de socios con derecho a voto. Tenía de plazo hasta el jueves, pero le han sobrado tres días. Es cosa de comprobar las firmas y, si las hay válidas en número suficiente, habrá moción de censura a primeros de julio. ¿Significa eso que puede caer Laporta? Muy difícil. Para echarle haría falta no el 15 %, sino los dos tercios de los socios con derecho a voto. Una movilización así me parece impensable.

Pero Oriol Giralt, que afirma no representar más que a una masa anónima de culés 'emprenyats' (ofendidos, fastidiados, hartos...) le va a hacer pasar por esa horca caudina a Laporta, un hombre cuya soberbia sufrirá por eso. Su soberbia, me temo, fue lo que le hizo distanciarse de Sandro Rosell, su factótum en temas deportivos cuando se inició el mandato. Rosell construyó aquel gran Barça que disfrutamos hace tan poco tiempo. Su salida, por disensiones con Laporta, fue letal. Desde que se fue todo ha sido deterioro y según ha pasado el tiempo se ha ido notando más y más, hasta el desastre actual.

Ahora, el Barça, con o sin moción de censura, tiene una difícil reconversión por delante. Mucha gente tiene que salir, mucha gente principal. Venderlos cuando el posible comprador sabe que te estorban es venderlos mal. Y otra gente tiene que venir, y ahí ocurre lo contrario: que el mercado es despiadado cuando sabe que necesitas nombres para aplacar enfados. Con todo, hay oportunidades, como Keita, buen fichaje. Pero el Barça va a tener que remar todo el verano río arriba, con el lastre de aquellos supuestos fantásticos que tendrá que ir tirando por la borda para aligerar la marcha. Será duro.