Resulta muy significativo el silencio de Alex Ferguson en el asunto Cristiano Ronaldo. Ha dado un giro brusco en su actitud, pasando de erigirse en denunciante encrespado y muy indignado contra el Real Madrid a hacer mutis diría yo que absoluto. Ni se le ha visto por Suiza para reprender a su crack portugués, ni tampoco ha asomado por algún organismo internacional defendiendo al Manchester. ¿Qué está sucediendo? Pues que Sir Alex ha debido recibir alguna información directa y muy clara de los Glazer, señores propietarios de la entidad, y ha reparado en que Cristiano está más fuera que dentro. Es el silencio de la impotencia.

El venerado técnico inglés se estaba metiendo en un charco profundo. Y se estaba ahogando solito. A Cristiano le han sentado fatal sus declaraciones, amenazándole con dejarlo en el banquillo. La UEFA y la FIFA no le han hecho ni caso en su reclamación por la supuesta intromisión del Madrid. Los Glazer se avienen a negociar (dicen en Inglaterra). En definitiva, el culebrón está muy inclinado hacia la consolidación del traspaso de Cristiano al Madrid y es posible que el señor Ferguson quede retratado. No sería la primera vez.