Economía de guerra. Demasiado bombo se le está dando a una expresión que quizás ha sido mal entendida o que puede que esté siendo utilizada de forma mal intencionada para atacar la gestión de Manuel Ruiz de Lopera al frente del club. Ofrecer seis millones de euros por un futbolista de centro del campo no se asemeja ni mucho menos a una economía de guerra. Fichar bajo ese presupuesto económico sería asemejarse a lo realizado esta temporada por equipos como el Deportivo de La Coruña o el Málaga, entidades con gravísimos problemas económicos y que a pesar de haber invertido una cantidad ínfima han superado y con creces los objetivos estimados a principios de campaña. El fútbol del siglo XXI, en el que triunfa el bloque sobre lo individual, ya nos ha enseñado que tirar de cartera no es sinónimo de éxito. Aún así, el esfuerzo de la dirección deportiva y el propio Lopera será el máximo para mejorar lo que hay actualmente.

El Betis no va a ofrecer más de esos seis millones de euros por Emaná, una cifra que se antoja irrechazable teniendo en cuenta que el Toulouse ya tiene sustituto y que la intención del camerunés es jugar en Heliópolis por delante del Newcastle o Shaktar Donetsk. Si el fichaje de Emaná llegara a concretarse estaríamos ante un paso importante para que volvamos a ver un buen Betis y un equipo de ciertas garantías. Lopera y Chaparro aseguraban que no pueden prometer un Betis campeón, pero sí un Betis ilusionante.