No por esperado sorprendió menos. Quien más y quien menos sabíamos o suponíamos que Cristiano Ronaldo daría plantón a Ferguson al abandonar la Eurocopa. Pero la forma en que sucedió resultó casi anecdótica. Me cuenta Marco Ruiz, nuestro enviado en Basilea, que el portugués abandonó el vestuario de su selección sin mayores gestos trascendentales. Incluso se 'fugaba' hacia el autobús oficial como el que no tiene nada que comentar. Los periodistas, ansiosos de su reacción a la dolorosa derrota ante Alemania, reclamaron su presencia ante los micrófonos por si 'tenía algo que decir'. Y en estas, así, como un navajazo frío por el costado, se soltó la lengua Cristiano y rajó lo que rajó . Ya saben, que no quiere jugar en el Manchester y que le importa poquito lo que pueda enfadarle a Ferguson. Es decir, soltó la bomba atómica en medio de la guerra Madrid-United con una informalidad asombrosa. Así son estos cracks mediáticos, que no parecen sentir en la piel las mismas sensaciones y emociones que nosotros, los de a pie, predispuestos a magnificar momentos así con más boato.

Y ahora voy al fondo del mensaje. La mitad de la declaración es rutinaria y ajustada a guión. Pero resulta explosivo el punto de rebeldía hacia Ferguson: "No me importa que se enfade", especificó ante una nube de informadores a los que se les hacía la boca agua con la noticia de la Euro en sus grabadoras. Cristiano resumía en esa corta frase muchas de la cuestiones que en AS les hemos ido contando. Esencialmente sintetizadas en que Sir Alex ha metido la pata hasta el fondo con su postura en este asunto. Las amenazas, las acusaciones y los gestos de autoridad destemplada ya no se llevan. Ferguson nunca supo gestionar esta 'crisis' y le ha estallado en la cara. Ahora veremos si la bomba nuclear es de efecto inmediato. Pero al venerable técnico le ha dejado tocado.