Se fue Luis y sigue Domenech

Se fue Luis y sigue Domenech

Siete selecciones cambian de técnico tras la Eurocopa. Una de ellas, España. Es meritorio: el señor que nos llevó a conquistar el primer título en 44 años no continúa. No es nuevo en el Villarato. Miera se colgó el oro olímpico de Barcelona y llegó Clemente. O sea, Del Bosque: hágalo usted bien, pero sin excesos. Entre los banquillos en movimiento, el de más pedigrí es el de Italia. Se fue Donadoni, que no pudo seguir la estela triunfal de Lippi. Nunca conectó con el núcleo duro (con Buffon no pasaba del buenos días) ni tuvo suerte en el Europeo. Ni a Totti. Ni a Cannavaro. Ni a Materazzi. Ni a Gatusso y Pirlo el día de la verdad, frente a la Roja. Italia tiene dos años para renovarse y defender su título en Suráfrica con garantías de éxito.

El gran golpe es la continuidad de Domenech en Francia. Zidane estaba por darle el equipo a Deschamps. Pero ganó el continuismo. Domenech falló en la elección de jugadores y su gestión a lo largo del torneo fue mala. Pero sigue. Bueno para España. ¡Ah! Y un guiño a Bruckner, esa especie de Miguel Muñoz checo, que se va después de una década larga en el cargo y casi siempre buen fútbol.