No estamos respondiendo a la expectación mediática que levantó nuestra llegada a México. Nosotros, nuestro Atleti, arribamos con la aureola de equipo grande, pero hasta ahora estamos trasladando la imagen de un equipo en fase de construcción, fuera de forma. Nada alarmante. Es absolutamente normal. Estas pachangas tienen un doble objetivo: hacer caja y poner a punto a la plantilla. Así que únicamente deben de servir para sacar pequeñas conclusiones. Una de ellas parece clara, clarísima: Ujfalusi va a poner orden en el caos defensivo de los últimos tiempos. También parece evidente que Coupet es una garantía bajo los palos y que con Assunçao desterraremos el odioso e inútil pelotazo con el que solíamos sacar la pelota desde atrás.

Por lo demás, como bloque, al equipo le falta conjuntar y acoplar a las individualidades que se han incorporado hasta ahora. Urge resolver el asunto clave: el fichaje del cerebro que ha pedido Aguirre a la directiva y que ésta se ha comprometido a buscar. Y urge. El vital compromiso de la previa de Champions está a la vuelta de la esquina y necesitamos que el equipo esté para entonces mínimamente rodado. Armar un bloque es una tarea harto laboriosa y este año los cambios son de profundo calado. Lo peor es que no hay tiempo para demasiados ensayos. Aguirre tiene la responsabilidad de acertar con el sistema que elija y los jugadores el deber de demostrar las cualidades que atesoran. Más que del bloque, aún por hacer, será el triunfo de ellos.