El Barça ha decidido desafiar a Blatter en el caso Messi, y tiene su base para hacerlo. El pronunciamiento de Blatter respecto a la obligatoriedad de ceder a los Sub-23 para los JJ OO fue terminante, pero no tiene base en qué apoyarse, más allá de su pretendido respeto por el 'espíritu olímpico'. No tiene base porque los JJ OO no están en el 'calendario FIFA', y por tanto la convocatoria para éstos queda libre de la normativa que obliga a los clubes a ceder a los jugadores a las selecciones en determinadas condiciones. Un fleco suelto al que se agarra el Barça. Y se agarra porque puede hacerlo.

Ya escribí hace unos días que el fútbol se profesionalizó antes que nadie, que fue expulsado de los JJ OO en 1932 y luego readmitido pero sólo en versión 'amateur'; mucho más tarde como mundialito Sub-23, y aún después como tal pero con posibilidad de incorporar tres mayores. Total, el fútbol ha hecho su vida y sus calendarios fuera de los JJ OO, que son en agosto, cuando hay cosas en marcha. Entre otras, la previa de la Champions, en la que el Barça se juega la feria. Una tontería ahí le arruinaría la temporada. Para el Barça no se trata de un capricho, sino de una necesidad de primer orden.

Otra cosa es que siente mal en Argentina. Es natural. Argentina defiende el oro y sabe que Brasil quiere arrebatárselo. La rivalidad entre aquellos dos países es cosa seria y ninguno quiere dejar un resquicio al otro. Pero eso no es cosa que deba preocuparle al Barça. El Barça 'hizo' a Messi, al que incorporó muy chaval y con problemas de crecimiento. Le paga una fortuna. Le necesita en la previa, porque es jugador que tiene ese algo más que provoca desavíos incontrolables en el área contraria. Si Blatter no tiene norma legal con que exigírselo, el Barça bien puede negarse a que vaya a los JJ OO.