No hay que descuidar la cartera

No hay que descuidar la cartera

Llegó el día soñado, pero más que sueño, pesadilla. Los tres puntos se han ido para el denominado centro geográfico de España, o sea, Cerro de Los Ángeles, es decir, Getafe. ¿Por qué? Porque es el precio a pagar cuando se cometen errores de libro, que la factura sale cara. El boquete de la barrera en el primer gol dejó a Sergio fusilado y plantea incógnitas y trabajo para los días de ensayos. El segundo, sin comentarios. Aunque peor fue ver cemento en la grada del entrañable y destartalado estadio. Los que siembran precios recogen esas consecuencias. ¿Quién lo hubiera pronosticado en el regreso a Primera? Pues hasta eso se puede conseguir desde un despacho. Asientos vacíos en el día soñado por una afición de Guinness, pero que no comulga con ruedas de molino.

Y en el global de los noventa minutos, la sensación de que, pese a los regalos, se mereció más. No se volvió la cara y se miró de frente el partido hasta el descuento. El Getafe era un enemigo complicado para el debut. Sin embargo, en bastantes momentos se llevaron las riendas y el ritmo del juego. Faltó la definición que dicen los clásicos y sobraron los regalos. Ahora el siguiente reto está en Sevilla y el nivel de dificultad vuelve a subir. Pero en esta Primera se ha comprobado que nadie come a nadie. Y, a veces, el pez chico se zampa al grande. Lo que sí es necesario es mantener la concentración los noventa minutos. Un descuido, o dos, y no encuentras la cartera de los puntos. El cierre del mercado no trajo sorpresas. No se ficha a nadie más... pero tampoco se hace caja con Míchel.