Una familia repleta de aventureros

Una familia repleta de aventureros

Desde luego, las reuniones familiares de los Piccard deben ser ciertamente peculiares. No es que tengan algún allegado de esos capaces de convertir una cena de Nochebuena en una sucursal de Guantánamo. Y es que los Piccard parecen compartir un gen que los impulsa a la investigación y las aventuras extremas, habiendo protagonizado algunas de las más asombrosas del siglo XX. Este verano, en el marco de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander, Bertrand Piccard presentó su proyecto Solar Impulse. Se trata de un prototipo de avión movido exclusivamente por energía solar. Se trata de un aparato de la envergadura de un Airbus 320 y una tonelada de peso que piensa poner en vuelo en la primavera próxima. Su siguiente reto: dar con él la vuelta al mundo en 2012. A buen seguro, el abuelo Piccard estaría orgulloso de su nieto viendo cómo sigue sus pasos "sobre las nubes". Porque Auguste Piccard fue un pionero en la búsqueda de las fronteras de nuestro planeta. Sobre las nubes, bajo las olas es el título del libro que escribió Auguste en el que narraba esa búsqueda. Primero, más allá de las nubes con un globo de su invención con el que consiguió, en 1932, superar los 16.000 m de altitud y ser así el primer ser humano que contemplaba la curvatura de la Tierra desde la troposfera. "... Ahora... abordaremos los grandes fondos submarinos". Para lograrlo desarrolla el que será su invento más famoso: el batiscafo. Con él, su hijo Jacques lograría, en 1960, descender al lecho marino de la sima de las Marianas, a más de 10.000 m. de profundidad. De nuevo, un Piccard llegaba donde jamás antes había estado un ser humano.

Con un abuelo y un padre así, no es de extrañar que Bertrand, se haya visto atrapado por el espíritu de aventura. De hecho, en su haber cuenta el dar la primera vuelta al mundo en globo sin escalas en 1999. Y ahora se encuentra en pleno trabajo para lograr un avión libre de la esclavitud de los combustibles fósiles. Su intención no es tanto buscar una máquina eficiente y limpia sino abrir nuestras conciencias ante el misterio más complejo e importante al que nos enfrentamos: el futuro de la Tierra. "Es humano tener miedo al cambio y es cierto que cuesta salir del confort, pero podemos crear un futuro diferente", manifestó Bertrand Piccard­ en la UIMP. Pensaba en estas palabras durante estos pasados días de caminata con destino al campo base del Manaslu mientras atravesábamos unos bosques alucinantes y apenas hollados por el ser humano que, ahora mismo, dependen de que cambiemos nuestra mentalidad depredadora para que sigan sobreviviendo. Los Piccard han hecho de su peripecia vital el mejor ejemplo de la aseveración de Auguste: "Escalar las más altas cumbres, iluminar con los faros de nuestra inteligencia los dominios de la perpetua oscuridad : he aquí lo que hace que la vida valga la pena de ser vivida." Amén.

Sebastián Álvaro es director de Al Filo de lo Imposible.