El Villarreal sacó el equipo más físico para contrarrestar la fortaleza del United el día en que los ingleses pusieron al equipo más tocón y más bajito: hasta cinco futbolistas por debajo del 1,75. Pero para adivinar que eso era lo que Alex Ferguson iba a hacer, Pellegrini debería haber sabido de política internacional. Fergie acabó tan enfadado tras el partido de Anfield (derrota, falta de actitud y de concentración de los suyos) que convirtió el día de ayer en jornada de castigo. Los tres responsables de los dos tantos del Liverpool (Giggs, Brown y Vidic) se quedaron en el banquillo. Nada que ver con el encuentro que el domingo les enfrenta al Chelsea porque Vidic no lo va a jugar, sancionado. Así se maneja el escocés.

A Pellegrini le tocó releer lo que estaba pasando (iniciativa entregada a un Manchester dinámico) y puso a calentar a Cazorla en la primera parte. El mensaje caló y el Villarreal se puso a tocar y durmió a Old Trafford. Hasta la salida de Ronaldo, recibido en pie por la afición que se lo perdona todo porque, entre otras cosas, sin él el equipo pesa menos.