Mucho más que un futbolista

Mucho más que un futbolista

Un día me encontré a Messi en el tren de Barajas; no iba como todo el mundo. Algunos iban sentados, otros se apoyaban en los pasamanos o en las barras. Era medianoche, y entre aquellas caras cansadas de tanto viaje Messi parecía un niño que hacía niñadas. En efecto, se estaba alzando sobre sus talones, se agarraba a las barras altas del tren, se reía y jugaba, balanceándose en el aire. Era un chico especial, es un chico especial. Él entra a los campos de fútbol como va en los trenes, para ser especial. Así fue ayer, una vez más, en el campo donde se inició su andadura internacional en el Barça. Obviamente, el equipo se conformó con la mediocridad que impuso el enemigo, pero él se sobrepuso.

Levantó el partido con dos genialidades, como si estuviera haciendo una niñada; el primer gol vino de su instinto oportunista, y el segundo fue consecuencia de su sangre fría. Su actuación levantó del suelo a un Barça que se sabía imposibilitado para jugar ante un adversario que no sabe hacerlo. En cualquier cicunstancia, este joven es mucho más que un futbolista, y es capaz de convertir al Barça en algo más que un equipo.