Mircea Lucescu, el rugiente entrenador rumano del Shakhtar, sigue a lo suyo. Entrevistado ayer en la COM, emisora de Barcelona, continuó con sus quejas sobre la falta de juego limpio del Barça en el 1-1 y contra el árbitro, por tragarse un penaltazo y no expulsar a Márquez y Touré, al menos a uno de los dos. Sigue el hombre en que fue una vergüenza y tal. Lucescu era el entrenador del Dinamo de Bucarest cuando sus paisanos del Steaua le ganaron al Barça 'aquella' Copa de Europa. Estuvo en Sevilla la gran noche de Duckadam y manifestó que el fútbol, y el Barça, no dejaban de sorprenderle. Para entonces, los azulgrana no habían conquistado la orejuda... y la ocasión (perdida) la pintaron calva.

El Barça sigue sorprendiéndole de manera negativa. Desventajas de no trabajar en España. A Preciado, Chaparro y Márquez no les ha sorprendido nada, mayormente el tono del arbitraje. Lucescu es la última víctima de un inicio de temporada culé la mar de agitadillo. ¿Será Javier Aguirre su sucesor en la lista de víctimas azulgrana, mañana por más señas? Hagan sus apuestas. Tiene muchísimos números para serlo.