Al comienzo de la Liga, al Madrid se le juntaron las lesiones de Gago, Guti y Sneijder. Tres jugadores importantes. Su ausencia simultánea podría haber desmoronado al equipo, pero no fue así. Y no fue así porque había otros: Diarra, De la Red y Van der Vaart. La línea media funcionó a las mil maravillas, el Madrid encadenó victorias y las importantes ausencias no tuvieron efecto en el juego ni en los resultados. Quiero decir con esto que todas las lesiones son malas, pero algunas son peores. Y son peores las que recaen en la zona del campo en la que hay menos sustitutos. Y ése es el caso ahora.

Porque al Madrid le ha pasado lo peor que le podía pasar: la lesión a un tiempo y para varias semanas de Van Nistelrooy y Robben. Son dos jugadores con mal reemplazo en la plantilla. El ataque queda para Raúl e Higuaín, sin más alternativa posible para descansos, tarjetas o lesiones que Saviola, que ya se ve lo que ha dado de sí. Robben no tiene más reemplazo que Drenthe, jugador que yo creo que tiene condiciones (velocidad, regate, potencia, buena izquierda) pero que está por hacer, se atolondra y se ha echado al Bernabéu en contra. Y todo esto pasa cuando asoman las semanas decisivas de la Liga.

Esta vez Schuster tendrá que apoyarse en la cantera, aunque no le guste. No entendí por qué no tiró de Velayos en Irún, donde prefirió a un Michel Salgado lastimado de la rodilla, con el efecto conocido. Ahora sí llama a Bueno, delantero fino, de poco físico pero con talento. Muy bien. Recuerdo la habilidad con que Del Bosque tiró de jugadores de cantera para tapar agujeros: Meca, Zárate, Valdo... Supo hacer de la necesidad virtud. Esos jugadores cubrieron misiones con eficacia. No se instalaron, pero cumplieron en su día. Esa habilidad de Del Bosque es lo que se requiere ahora de Schuster.