Héroes del Mar del Plata

Héroes del Mar del Plata

España empezó a ganar la Copa Davis el pasado 22 de octubre, cuando Juan Martín del Potro dijo, henchido de verborrea adolescente, que a Nadal iban a "sacarle los calzones del orto". Ese rebuzno colocó a Argentina como retador insolente y a Nadal como campeón justiciero. Ausente Rafa, persistió el desplante. Entonces el destino comenzó a ajustar cuentas. La pista anti-Nadal dejó de agradar a los argentinos, que intentaron ralentizarla. Aunque tampoco se preocuparon mucho. Cada aparición de los anfitriones nos descubría a un equipo confiado y medio relamido.

Alguien debió advertirles del peligro. En Mar del Plata se reunían los ingredientes de las grandes sorpresas, de los maracanazos (malvinazo, en este caso): un equipo teóricamente superior, respaldado por un país en fiesta, se enfrentaba a un adversario para el que la derrota no significaba un desastre. La victoria de Feliciano sobre Del Potro nos conectó con esa oportunidad improbable, al tiempo que vengó nuestros calzones y nuestra ortodoxia. El doble propició la hazaña y Verdasco le puso título: Héroes del Mar del Plata.