Robben y el mundo de los zurdos

Robben y el mundo de los zurdos

Entre un 8 y un 13% de la población mundial es zurda. La escasez es, por tanto, la primera característica del gremio. Y el asunto se acentúa si pensamos que los zurdos viven una media de cuatro años menos que el resto por la simple razón de que encuentran el mundo al revés, de las tijeras a las motosierras. Establecida la exclusividad hay que añadir que el zurdo es propenso a la genialidad o a la torpeza recalcitrante. La primera posibilidad explicaría lo sublime de futbolistas zurdos como Puskas, Maradona o, actualmente, Messi y Robben. El segundo caso justificaría que muchos niños, inútiles con los pies, decidan ser porteros, magníficos porteros zurdos, como Casillas.

Delimitada la cuestión habrá que señalar que un futbolista zurdo cambiado de banda es un triple engaño de piernas, sesos y genialidades. Aunque maneja la pierna izquierda, el zurdo se rige por el hemisferio diestro del cerebro, donde se cultivan las artes. El defensa que intenta adivinar la respuesta de tal amasijo de inclinaciones contrapuestas sucumbe irremediablemente. En definitiva, si los zurdos regatean mejor se debe a otra consideración elemental: cuando conducen el balón, son los contrarios los que ven el mundo al revés, las tijeras y las motosierras. El carácter es otro elemento crucial. Si el zurdo goza, goza el mundo (Guti, Roberto Carlos) y si el zurdo se conjura, el compromiso se escribe con sangre (Raúl, Hugo). Robben tiene algo de cada perfil. Incorpora la fiesta y el sentimiento. Y ofrece, sobre todo, una maravillosa pierna al revés.