El Real Madrid trata de parchear el patinazo en el 'caso Champions' a cualquier precio, buscando argumentos recurrentes para doblegar a la UEFA de Platini. La empresa es razonable y las alegaciones parecen más que justas, pero todo apunta a que los juristas están peleando por un imposible. Un imposible a día de hoy, porque es evidente que la norma permite una desigualdad manifiesta entre los clubes para encarar la segunda parte de la competición. Imaginemos un ejemplo extremo: La plantilla del Liverpool tiene un percance de autobús y diez jugadores quedan impedidos hasta agosto: ¿Sólo podría inscribir a uno en enero para jugar contra el Madrid? ¿Se cambiaría la norma excepcionalmente? ¿La UEFA obligaría a los de Benítez a competir con dieciséis y algún juvenil? Algo parece que no es justo en la actual reglamentación y esta reflexión no exime a Mijatovic, Bucero y los servicios jurídicos madridistas de su grave responsabilidad al interpretar mal los detalles de las reglas de la Champions.

La presión del Real Madrid está haciendo dudar a la UEFA, al menos en cuanto a una respuesta oficial al conflicto. La previsión es que es un pleito perdido por el club blanco, al menos para esta temporada, aunque es posible que los rectores del torneo repasen este artículo tan controvertido porque el TAS puede dejarles en evidencia. De momento, la Junta directiva del Real Madrid ha decidido plantarle cara a Platini, aireado amigo de Ramón Calderón hasta la fecha. Lo mismo el patinazo de Champions acaba con algo peor que decidir entre Lass y Huntelaar. Si este contencioso va a más, Platini y Calderón pueden romper relaciones y esto significaría un terremoto en la Champions. Al tiempo.