Al Valladolid, como a otros muchos, sólo le queda por delante una competición, la Liga. La eliminatoria en la Copa ha hecho daño, pero no nos engañemos, mucho menos que las tres derrotas consecutivas que lleva acumuladas el equipo en la Liga. Quien diga que ha dolido más el gol del asturiano Jorge que los tres del Numancia o el de Zigic en Zorrilla es que se hace trampas jugando al solitario. La Copa es un torneo menor. Es cierto que, tras haberse conseguido remontar la eliminatoria, es duro de admitir encajar un gol en el minuto 91. Pero sólo se pierde el pase a cuartos. El año próximo el Valladolid volverá a jugar la Copa. Ahora se trata de que el año que viene vuelva a jugar también la Liga, pero la de Primera.

Lo que importa de verdad es ganar ahora al Betis y al Espanyol. Sumar puntos en Liga y romper la crisis de tres derrotas seguidas es lo que hace de verdad falta. Los de Mendilibar tienen ante sí una excelente oportunidad de alejar aún más a dos rivales directos y de colocarse a falta de 18 jornadas para el final con 29 puntos, casi nada. Tal y como va la Liga, la permanencia este año se va a cifrar en torno a los 39 o 40 puntos. Faltan seis victorias para certificar esa salvación. Es el objetivo por el que hay que luchar. Ganando al Betis y al Espanyol se estará a cuatro triunfos del objetivo. A mí, es lo que de verdad me preocupa.