Kaká se ha negado a irse al Manchester City. "O en el Milán o en el Madrid", le ha dicho a su padre. La aventura que está corriendo Robinho no le seduce. Como éste, se siente despechado con su club: Robinho sabía que pretendían venderle si llegaba Cristiano Ronaldo; Kaká se ha sentido incómodo con la llegada de Ronaldinho, que le quita plano y redunda en sus funciones en el juego. Pero el dineral que le ofrece el City no le moviliza. Entre el fútbol grande o el dinero, Kaká prefiere el fútbol grande. Y el fútbol grande puede estar en el Real Madrid, ahora que ya no verá al Milán con los mismos ojos.

Porque lo que ha quedado de todo esto es que el Milán ha estado dispuesto a venderlo. Algo se ha roto. Aparte de que la línea que está tomando Berlusconi en el Milán, cargándose de galácticos pasados de fecha, no puede convencer a este jugador, emergente, con años por delante y que se ve en una plantilla envejecida, que envejece aún más con los fichajes, y que se ha caído del podio del FIFA Player y el Balón de Oro. Ni siquiera está jugando la Champions este año, y su Milán está en un mal viaje hacia el pasado reciente, aquellos grandes días de Ronaldinho y Beckham. Y Kaká mira al futuro.

Ese futuro, según Emerson, estaría en el Madrid. Pero no como baza electoral, ha dicho alguna vez. ¿Sería posible ficharle antes? Vicente Boluda se ha propuesto no hacer nada que no sea adecentar la vida institucional, preparar unas elecciones serias e inmediatamente hacer mutis por el foro. Es una actitud profundamente digna. Pero la oportunidad existe. Quizá no fuera del todo malo que, ya quepiensa hablar con todos los aspirantes para consensuar soluciones cara al voto por correo y otros temas, Boluda abordara también con ellos esta cuestión. No vaya a ser que la oportunidad que hoy existe, se esfume luego.