El Recre se presentó en Montjuïc, al menos en la primera parte, con las ideas fijas: mucha defensa y un hombre solo arriba para dar guerra. Esto fue lo que más le costó a un Espanyol que apenas supo dar tres pases seguidos. Además, la sensación de peligro, era visitante y no perica. Sólo con los desbordes, los de Lucas Alcaraz parecían estirarse mucho más que el Espanyol, que parecía jugar más con el corazón que con la cabeza. Y es por esto que no podemos pedir mucho más, las ganas y la ambición son de aprobado alto.

La segunda parte cambió un poco. Esa lucha del centro del campo cambió para bien en los intereses del conjunto de Pochettino. El Recre perdió algo de gas, cosa que aprovechó el Espanyol para irse arriba, aunque sin ocasiones claras. Marcó Pareja, en otro gol a pelota parada, y ya van varios así. Pero a partir de aquí, otro error: no saber aguantar algo que vale oro como son los tres puntos. A todo esto, Alcaraz parecía esperar una oportunidad lejana para los pericos, pero cercana para los de Huelva, que llegó en un error puntual. Empate y vuelta a empezar. El Espanyol queda hundido moralmente, con menos tiempo y más nerviosismo. El Recre, suma y sigue...