El Cádiz fue uno de los equipos que más jugadores fichó en el mercado invernal. Juanma Delgado, Erice, Álvaro García y Cifu fueron los nombres propios que la secretaría técnica amarilla ponía a disposición de Javi Gracia. El esfuerzo realizado viene dado por la merma en el rendimiento colectivo, provocado por el bajón experimentado por algunos de los referentes de la actual plantilla. La obligación planteada por todos los estamentos de la entidad y corroborada por los aficionados cadistas no es otra que la de tener como único objetivo el ascenso de categoría. Esto les obliga a no dejar ningún cabo suelto y a poner todos los mimbres necesarios, siempre que entre en las cantidades que la sociedad pueda asumir, a disposición del cuerpo técnico.

La merma experimentada por Ormazábal y principalmente por Carlos Caballero, sumada a la lesión de Toedtli, hizo saltar las alarmas, pero como ocurre tantas veces en el fútbol, después de la tormenta viene la calma y con goles se olvidan los malos momentos. El San Fernando sirvió de bálsamo para un equipo al que le estaba costando más de lo previsto sacar los partidos, fruto de la reaparición de Toedtli, del buen hacer de la banda derecha -Cristian y Enrique- y de la aportación goleadora de un hombre que dejó huellas en sus anteriores equipos y que aún no se había hecho notar en Cádiz. Rosu apareció y dejó muestras de su calidad técnica y su excelente olfato, marcando dos golazos. El pasado domingo se convirtió en el fichaje esperado.